viernes, 13 de marzo de 2015

EL NUEVO BIPARTIDISMO


Todos coincidimos en que 2015, el año en curso, va a ser un año de una transcendencia electoral intachable. No sólo porque podremos pasar por las urnas para votar en las elecciones municipales, autonómicas y generales, sino que, siguiendo el criterio de las encuestas y junto a la irrupción de los nuevos partidos políticos, el panorama político español va a cambiar.

El panorama político cambiará, sí, ¿pero en qué sentido? ¿Cambiará radicalmente o sólo se les dará un lavado de cara a los partidos que nos gobiernan? ¿Presenciaremos a finales de año, tras las elecciones generales y un cambio político tan real y tan profundo como dicen? Yo creo que no.

Pasemos a analizar, pues, el Barómetro del CIS de 15 de enero de 2015. En vez de ceñirme a los resultado respecto a la intención de voto, que pasaré a comentar más adelante, nos fijaremos en varias de las cuestiones que se les plantean a los preguntados.

Respecto a la situación política española, casi el 80% de los entrevistados la califica entre "mala" y "muy mala", resultado que no le sorprende a nadie, es algo que salta a la vista. Lo que me resulta curioso es lo siguiente; cuando se pregunta sobre si creen que la situación política mejorará el año que viene, es decir, después de las elecciones generales, el 20% cree que mejorará, el 43% cree que será igual y otro 20% prevé una situación política peor. Visto esto, la media se establece en que los preguntados piensan que en 2016 seremos testigos de una situación política igual (de mala).

Pasando a un barómetro más actualizado, echaremos un vistazo al barómetro de Metroscopia, publicado en marzo, estudio bastante más actualizado que el del CIS de enero, ya que los resultados han variado y, ciñéndonos a este segundo, las conclusiones serían distintas que si lo hiciéramos con el primero.

Aquí nos encontramos la sorpresa. Hay un partido que hace dos meses empezó a asomar la cabeza y ya está de pie junto a los otros tres partidos líderes que dominaban las encuestas anteriormente. En efecto, hablo de Ciudadanos.

Según Metroscopia, Podemos obtendría un 22'5% de los votos, colocándose en primer lugar, seguido por el PSOE con un 20'2%. En tercer lugar estaría el Partido Popular con un 18'6% y, pisándole los talones, Ciudadanos, con el 18'4%.

Con la irrupción de Ciudadanos en la primera línea del panorama político, podríamos predecir que en encuestas futuras obtendrá un porcentaje mayor, superando así al Partido Popular y al Partido Socialista. 

Y os preguntaréis, ¿qué pasa con todo esto? Pues es sencillo. Los partidos tradicionales están sufriendo una decadencia más que latente, mientras que los nuevos partidos emergentes están ocupando (ya han ocupado) su lugar.

Esta decadencia no se quedará ahí, perdiendo esa apabullante mayoría electoral que poseían; no. Seguirán perdiendo votos. Esos votos que dejarán de percibir se repartirán, de manera sistemática, entre Podemos y Ciudadanos, conformando así un NEOBIPARTIDISMO, mediante el cual volveremos al mismo punto en el que estábamos antes.

Son dos partidos con caras nuevas y discursos más agradables y esperanzadores para la gente, sí, pero aún así, y con el paso de los meses se irá viendo mejor, la diferencia de estos dos será notoria con respecto a los demás partidos, estableciéndose así un NEOBIPARTIDISMO, vuelvo a repetir. 

Tras las elecciones generales de fin de año, veremos un atisbo de este fenómeno, no tan pronunciado como el que veremos en las próximas, en las de 2019, si todo sigue igual.

Dicho lo cual, estamos en camino de un cambio, sí, pero de un cambio de caras para seguir teniendo lo mismo que ahora. 

Por lo visto, el bipartidismo es un cáncer que tiene España, y es imposible de curar.