miércoles, 22 de julio de 2015

MUERTE, NÚMEROS Y PERSONAS

No soy especialmente fan de los discursos motivadores. Esos sermones gozan de una irrealidad manifiesta que lo único que consiguen ante los lectores que se tragan esa palabrería es que consigan un pequeño ápice de esperanza... Hasta que vuelven al mundo real.

Tampoco me suelo sentir atraído, generalmente, por el punto de vista pesimista, aunque hoy en día, visto lo visto, esta mentalidad es con la que más identificados nos sentimos, por norma general.

Pongamos los pies en la tierra y seamos claros. ¿Quiénes somos? ¿Somos alguien? ¿Qué vara de medir estamos usando para responder a estas preguntas?
Más se siete mil millones de personas en el mundo y un mundo de personas que quieren ser conocidas por más de siete mil millones.

Siendo sinceros, tanto tú como yo somos un número más. Un dato, una estadística, una cifra. Nada más. No tiene sentido que nuestros objetivos y felicidad dependan única y exclusivamente de lo conocido que quieres ser, o de si algún día dejarás de ser una simple cifra, porque no va a ser así.

¿No será considerablemente más factible y satisfactorio intentar ser feliz entre los tuyos y, si en todo caso dejas huella, que sea en su recuerdo?
Si, tras eso, tus actos consiguen, por lo que fuera, una mayor repercusión, enhorabuena, pero has partido la premisa de intentar ser, dentro de las posibilidades de cada uno, lo más feliz posible entre los tuyos.

Al fin y al cabo, y estoy cien por cien seguro de ello, nos convertiremos en ese dato del periódico que versa cosas tales como "Este año, X personas han fallecido a causa de X enfermedad" o "en desastres naturales" o "en las carreteras", me da lo mismo.

Siendo así como realmente acabaremos, como un número más frente al mundo, no intentes ser reconocido ante sus habitantes a toda costa. Haz que tus acciones, partiendo de la premisa antes mencionada, sean las que te lleven a ello, sin intención previa de reconocimiento externo.